A Buenaventura le ha tocado parar 1, 2 y hasta tres veces. La última la más violenta y politiquera de todas.
Pasó de depender del gobierno Nacional a hacerlo de sus propios congéneres que, a través de un Comité que ya no representa a las organizaciones que le dieron el poder en blanco para pelear y redactar un acuerdo con el Estado, creen que tiene validez interponerse y, quién podría comprobarlo, si seguir sacando provecho de ello.
Incluso, dieron la potestad para que nombraran un alcalde que le dio la espalda a sus propios ciudadanos y hoy regresa a ser vocero.
De ser los líderes de la lucha pasaron a ser los protagonistas del NO y del referente de cargos para alcaldes, gobernadores y hasta el gobierno Nacional. Han pretendido estar en todo, hasta en el natural paseo de San Buenaventura. En cuanta reunión y posibilidad de obras están. Cambiaron la visión de la ciudad a su gusto porque hasta el soporte científico que tenían con Universidad del Valle, lo perdieron y hasta hoy es un misterio.
Esa visión que el pueblo desconoce, pero que ellos dicen que es el norte que se debe seguir.
Aunque los tanques de Loma Alta estén fallidos, una de las únicas obras concluidas; que los tanques elevados del centro de la ciudad deberían ser demolidos, un estudio que nunca se conoció; que se haga un nuevo estudio de la tubería de 27 pulgadas que sigue en aguas y que deberían estar en la junta directiva de la Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo, Saaab S.A.S. ESP, incluso sin saber del servicio y sin los requisitos de ley.
Esto para solo hablar del agua 24 horas que los llevó a motivar el paro, gobernar a la sombra y generar puestos de trabajo que tienen hoy a la Saaab en una mayor crisis.
Tocaron la remodelación del estadio Marino Klinger Salazar que tuvo unos diseños iniciales pagados por Indervalle que rechazaron y que demoró el proceso, apoyaron la elección del contratista que hoy está en la línea de probar a la Contraloría, Procuraduría y Fiscalía un posible detrimento de cerca $20 mil millones, que es el 50% del valor indicado para hacer la obra.
Ni decir de los lotes para construir la ciudadela de salud y el paso transitorio medioambiental.
Pero, ya su lucha no es por los intereses de quienes salieron a la calle a validar sus derechos, son para cumplir sus propios caprichos respaldados por algunas organizaciones no gubernamentales y una porción del Estado al que desgastaron no solo por sus incumplimientos sino por su avaricia y capricho de hacerse como ellos dicen.
Ahora ese modelo se cree que es para gobernar. Y la improvisación hace gala. Perder incluso la naturalidad de un ‘corrinche’ por el mal exportado bunde. Cambiar el currulao por un Dj, incluir en el folclor el vallenato y hacer un reinado cuando ni siquiera tiene el 50% de los pueblos del Litoral.
En tiempos de hackers y con una botella de un ‘curao’ de Lucía Solís, en medio de parteras y el infaltable pusandao de Chepa, la idea sería que si el tren no es elevado que llegue el agua y que si no hay muelle supersónico que salga la extorsión de las playas y que el cura logre que el desarme de las almas logre sacar lo mejor de Buenaventura, la bondad y hospitalidad de su gente.
