EL PRIMER PASO NO TE LLEVA ADONDE QUIERES IR, PERO TE SACA DE DONDE ESTÁS.

Si bien los informes de calidad de vida del programa “Buenaventura Cómo Vamos” se consolidan como una herramienta clave para entender cómo viven los bonaverenses y cómo evoluciona el distrito en distintos aspectos del desarrollo, casi como única, la entrega oficial de la información es el peor obstáculo para acercarse a la realidad que se vive en sus calles. A partir de datos oficiales y encuestas de percepción, los informes muestran avances y desafíos en temas como educación, empleo, seguridad, salud, movilidad y participación ciudadana, convirtiéndose en una referencia para la toma de decisiones basadas en evidencia.

Pero sin una divulgación adecuada y masiva, incluyendo el análisis los informes que recogen también las percepciones y experiencias de la comunidad, a través de la Encuesta de Percepción Ciudadana, no facilitan el juicio o análisis para ofrecer una mirada más completa sobre la realidad local. “Los datos son importantes, pero aún más lo es escuchar lo que la gente siente y vive cada día. Esa combinación nos permite tener una lectura más humana y más útil de la situación del territorio”, dijo Amin Sinisterra Nuñez, director del programa Buenaventura Cómo Vamos. Según explicó, el programa busca que esta información sirva como punto de encuentro entre la ciudadanía, el sector público y el privado.

El balance general revela progresos en algunos indicadores, pero también brechas persistentes en bienestar, acceso a oportunidades y confianza institucional. Estos hallazgos, según el programa, deben ser vistos como una oportunidad para fortalecer la articulación entre los distintos actores del territorio. “Nuestro propósito es que los datos no se queden en el papel, sino que se traduzcan en decisiones que mejoren la calidad de vida de las personas”, agregó el director.

Ahora sin duda que esta filosofía fue mantenida con entidades que no denoten intereses con la administración u otras fuentes de poder, por lo que es importante que la academia y los sectores independientes como el periodismo sigan participando activamente en esta conversación, con el objetivo de construir una ciudad más equitativa, sostenible y con oportunidades para todos.

Las calles reflejan el sinsabor, la incertidumbre y el nivel a que algunos políticos, llamados líderes y otros influenciadores en la vida pública y política, insisten en engañar con sus discursos, tapujos o ignorando cómo la vida en el puerto se va perdiendo y no solo la humana, que ya lleva un conteo aproximado a niveles del pico que esta ciudad soporta cada que se acaba la plata para sostener a bandidos que extorsionan a funcionarios y al mismo Gobierno o a entidades que se acostumbraron a cerrar el desarrollo del país porque no le giran lo que han tenido de por vida. Qué triste que no duela, pero más que no haya dolientes.

Este tablero evidencia el poco interés en la entrega de la información oportuna y confiable para desarrollar el análisis y valorar gestión y oportunidades de mejora. Se construyó con el ejercicio del informe sobre Calidad de Vida 2023-2024 del programa “Buenaventura Cómo Vamos”, que pertenece a la Red de Ciudades Cómo Vamos, el cual reúne 21 iniciativas que agrupan 41 municipios del país. Socios: Gases de Occidente, Fundación Corona, Fundación Carvajal, Cámara de Comercio, Comité Intergremial, Universidad del Valle, CELSIA.

Los indicadores comparan datos de 2023 y 2024, para establecer una línea base y analizar el impacto de las primeras acciones del gobierno actual, en coherencia con la estructura y metas del Plan de Desarrollo.

En algunos indicadores, cuando la información lo permitió, los resultados de Buenaventura se contrastan con el promedio nacional y con algunas ciudades del país, proporcionando así una lectura territorialmente contextualizada.

Pero los números solos sin su respectivo análisis y sin compartirlos debidamente con la comunidad por razones presupuestales o la misma voluntad de quienes tienen ahora la responsabilidad de acometer y velar por estos resultados, empiezan a mostrarse receptivos con la administración y no con la realidad.

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