EL PRIMER PASO NO TE LLEVA ADONDE QUIERES IR, PERO TE SACA DE DONDE ESTÁS.

Seguirá como vicepresidenta porque es un mandato popular, pero de espaldas al gobierno de Gustavo Petro del que dice “es un Estado racial”.

FRANCIA
Se Despachó

Y se preguntó:
¿Cómo se elimina a una mujer negra
del poder en una democracia contemporánea?

Hace algunos años fui la voz que recorrió el país, fui la cara de la esperanza, la mujer afrodescendiente que traía el eco de los ríos, de las casas humildes, de los saberes populares, de las manos callosas, de las mujeres que limpian las casas ajenas mientras sueñan con una vida digna.

Pero pronto pasé de ser el fenómeno político, la heroína, a ser la “traidora”.

Porque en este país, cuando una mujer negra asciende, la sospecha la persigue. El sistema no se pregunta por sus capacidades, sino por si está en el lugar que se merece. Si se sale del margen asignado, entonces es “arrogante”, “desleal”, “torpe”, “incapaz” y “peligrosa”.

FRANCIA MÁRQUEZ MINA

pasé de heroína a traidora

Como decía James Baldwin, no todo lo que se enfrenta se puede cambiar, pero nada puede cambiar hasta que se enfrenta. Y eso estamos haciendo hoy: enfrentando.

Quiero ser clara: no estoy aquí para quedarme callada. No voy a fingir que no duele, que no cansa, que no desgasta. Tengo ganas de gritar, tengo ganas de contarles cómo este país nos arrastra en sus narrativas de exclusión, nos asfixia en su desconfianza, y luego nos culpa por no respirar.

No debemos olvidar a Patrice Lumumba. Él nos recuerda que a los pueblos se les destruye no solo con armas, sino con narrativas de odio, con discursos que despojan la humanidad. A él lo asesinaron, lo enterraron, lo desenterraron y pulverizaron hasta el último de sus huesos.

Quiero ser clara: no estoy aquí para quedarme callada. No voy
a fingir que no duele, que no cansa, que no desgasta.

¿Cómo se elimina a una mujer negra del poder en una democracia contemporánea?

Con narrativas que sirven de antesala para los explosivos o las balas. Narrativas que repiten: “torpe”, “incapaz”, “desconfiable”, “desleal”, “traidora” crean el terreno perfecto para que alguien considere que eliminándonos hace patria.

Para hacer evidente las consecuencias que tiene cultivar el odio racial en contra de quienes nos atrevemos a ocupar estos espacios, quiero mencionar dos casos que fueron conocidos por el país, en los que unas personas terminaron enfrentados a la justicia por haberse dejado cegar por el odio.

Un odio cultivado por otros que, con intereses mezquinos y desde tarimas políticas, sembraron en ellos expresiones racistas en contra mía y en contra de todos los negros de este país.

Me dieron la misión de crear una institución sin estructura, sin recursos, sin apoyo. Me dijeron: “Hazlo tú”.

Y cuando argumenté que tres viceministerios eran muchos, me exigieron cinco. Lo hice, a pesar del bloqueo sistemático.

Me acusaron de no ejecutar, cuando jamás me entregaron el instrumento para hacerlo. Se promovió la idea de que como soy negra, seguro robo. Sin haber tocado un peso, me trataron como cri-minal. Porque el color de mi piel, tristemente, para muchos, “me hace culpable”.

Me exigieron ser sumisa. Cuando exigí respeto, me llamaron arrogante.

Poco a poco, lo que se me dijo en privado se va haciendo público. Ahora que guardo prudencia, se me acusa de complicidad por guardar silencio. Esto no es solo personal. Esto es estructural.

La narrativa que justificó la esclavitud, esa que decía que las personas africanas no eran humanas sino animales de carga, no ha desaparecido. Solo ha mutado. Hoy se manifiesta en argumentos que indican qué puede o no decir una persona afrodescendiente.

Del discurso de Francia Márquez Mina

En estos años de Gobierno hemos creado una institucionalidad para la equidad: pusimos en marcha el Sistema Nacional de Atención, Prevención, Registro y Monitoreo de las Violencias Basadas en Género, SALVIA. Una estrategia para proteger a las mujeres.

Logré para mi pueblo lo que en 30 años no había sido posible, avanzar en la reglamentación de la Ley 70 de 1993, que reconoce los derechos del Pueblo Negro en Colombia. Ya hemos expedido tres decretos sobre recursos naturales, recursos mineros y ampliación y saneamiento de los territorios ocupados por las comunidades negras (Decretos 1396 y 1384 de 2023, y el Decreto 0129 de 2024).

Hoy, cuando la vida se pone en riesgo, una civilización del cuidado es necesaria. Por esta razón, avanzamos en la construcción de una sociedad que reconoce el cuidado como un pilar esencial para el sostenimiento de la vida, a través del CONPES de la Política Nacional de Cuidado.

Pusimos en marcha la Comisión Nacional Intersectorial de Reparación Histórica (CINRH) para el avance en la restauración de la dignidad y la superación los efectos del racismo, la discriminación racial y el colonialismo que continúa afectando a los pueblos étnicos.

Con la Estrategia África estamos impulsando el fortalecimiento de las relaciones comerciales entre Colombia y el continente africano.

Con nuestro liderazgo, avanzamos en saldar una deuda histórica, creamos el CONPES para la garantía de los derechos de la población LGBTIQ+.

Disentir en el Gobierno que ayudé a elegir, y del que hago parte, no es traicionar. Ejercer la dignidad no es conspirar. Sirvo a mi pueblo con lealtad.

Sé que no estoy sola. No
estamos solas

Cito a Ángela Davis, a quién agradezco su presencia hoy para recordarnos que tenemos la obligación de, además de no ser racistas, ser antirracistas. Muchas gracias Ángela Davis por ser referente, por inspirarnos y darme la fuerza para continuar alzando la voz.

Sé que no estoy sola. No estamos solas. Y doy las gracias a todas ustedes por estar hoy aquí para preguntarnos cuál es el rol de las mujeres afrodescendientes en las democracias contemporáneas.

Y hoy respondemos al mundo que estamos aquí para resistir, para proponer, para sanar y para construir nuevas formas de poder que no repitan las lógicas coloniales.

Pedir respeto no es arrogancia. Ser mujeres negras no debería hacernos sospechosas.

Ser mujer afrodescendiente en el poder no es un error. Este país necesita mirarse al espejo. Y ese espejo tiene mi rostro, el rostro de ustedes mujeres afrodescendientes, raizales, palenqueras, indígenas, Rrom, campesinas, lesbianas, trans y mujeres diversas en toda su belleza y su poder.

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