Es emocionante ver cómo en la Ciclo Vida de la calle novena las madres se arrodillan sobre los tapetes de flores para jugar con sus hijos y sus animales de compañía. Las recogen del suelo, las elevan al cielo, las soplan como si fueran Dientes de León, las lucen en sus orejas, en los bolsillos y se toman fotos mientras esbozan esa sonrisa llamada Cali, la misma que puso Dios sobre la tierra.
Y ante ese espectáculo familiar, a la sombra de un majestuoso árbol, uno se pregunta: ¿Cómo no querer, cuidar y defender a Cali? si la misma naturaleza nos está diciendo que para que la belleza y la frescura no se extingan es necesario sembrar, preservar y cuidar nuestro patrimonio urbano verde.
Ese cúmulo de hojas, flores, frutos y chamizas son el hogar natural de las aves. No en vano Cali fue reconocida oficialmente por la American Bird Conservancy y Environment for the Americas, como ‘La Ciudad de las Aves’ al contar con 560 especies de ellas registradas en su territorio, diseminadas en Los Farallones, 39 bosques urbanos, 61 humedales, 10 ecoparques y 6 predios de conservación.
En todo un espectáculo se convirtieron las calles de Cali con la llegada de la floración de guayacanes, jacarandas, acacias y burilicos, cuya mudanza de flores nos hace sentir que en la ciudad de los siete ríos no cae nieve, sino que llueven pétalos blancos, rosados, morados y amarillos.
La Administración Distrital ha enfocado todos sus esfuerzos a la conservación de la avifauna y sus hábitats, siendo estos factores los que inclinaron la balanza para que la ‘sucursal del cielo’ fuera la sede de laCOP16, la Semana de la Biodiversidad y del Birdfair Internacional.
No podemos ser inferiores a ese compromiso. Es hora de avanzar en políticas que promuevan la biodiversidad y la sostenibilidad, asegurando un futuro próspero para nuestros hijos. Y eso se logra si ponemos de nuestra parte, si les enseñamos a las nuevas generaciones que los daños ambientales son irreparables y debemos evitarlos condenando las talas, las quemas forestales, la contaminación de los ríos y la indiferencia de los ciudadanos.


