El anuncio del alcalde de Cali, Alejandro Éder, de que antes de terminar este año llegará la primera maquinaria amarilla para pavimentar las vías de la ciudad, fue recibido con agrado por los caleños, ya que se trata de una inversión que supera los $71.000 millones.
La compra de maquinaria amarilla y blanca posicionará a Cali como la ciudad de Colombia mejor dotada de elementos para erradicar el problema de los huecos que atormenta a la capital vallecaucana hace más de 20 años, debido a que el inventario actual de los talleres da cuenta de una maquinaria obsoleta de 170 piezas, 50 de las cuales son las únicas que funcionan y con las cuales la Secretaría de Infraestructura ha solucionado las quejas de la ciudadanía.
La compra se hará en cuatro etapas: la primera etapa ya fue licitada por un valor de $14.846 millones para la adquisición de retroexcavadoras, pavimentadoras, compactadoras, motoniveladoras, mezcladoras de asfalto y tractor de oruga, los cuales llegarán antes de terminar este año.
La segunda etapa se licitará por $26.288 millones para la compra de fresadoras, pavimentadoras y compactadoras de suelo. La tercera etapa será por $1.399 millones para adquirir una mezcladora de concreto. Y la cuarta etapa se licitará para la compra de maquinaria blanca, como camiones, volquetas, carro taller y tracto camiones.
Para salir del atraso histórico se inició por la limpieza y remodelación de los talleres del municipio, la reparación de la maquinaria dañada y el mantenimiento de la que está en funcionamiento, así como la adecuación de espacios para la llegada de los nuevos huéspedes.
Todo apunta a que muy pronto desaparecerá el dolor de cabeza de los caleños que denuncian accidentes, caídas y desvalorización de sus predios a causa de los huecos, pues el liderazgo del alcalde Alejandro Éder sacará a la ciudad del abandono, recuperando la confianza inversionista y cumpliéndole a todos aquellos sectores que claman presencia en sus territorios.
“Estamos trabajando con las uñas y pese a ello hemos podido hacer 50 kilómetros de vía con cuadrillas que programan jornadas de día y de noche; por lo que aspiramos a triplicar acciones con la llegada de la nueva maquinaria, generando empleo, seguridad y demostrándole a los caleños que somos capaces de recuperar a Cali”, manifestó la secretaria de Infraestructura de Cali, Luz Adriana Vásquez Trujillo.
¿Cali no tiene con qué tapar rápido los huecos?
Hay unas máquinas que son de los años 80 que si se reparar: “sale más caro el caldo que los huevos”. Se ha trabajado y se viene trabajando, las cuadrillas hacen lo que pueden, pero para el “problemononón” que tiene Cali eso es insuficiente. Porque es pasito a pasito, a paso de tortuga y los caleños se desesperan con justa razón. “Cuando lleguen las máquinas, en el tiempo que hacíamos 50 kilómetros con maquinaria actual, vamos a duplicar y hacer 150”

El segundo semestre de este año será clave para la infraestructura de Cali: gracias al liderazgo del alcalde Alejandro Eder, la ciudad entrará en una fase de intervención vial que promete transformar su movilidad, sanar las heridas del abandono y darle un nuevo impulso a la región: secretaria de Infraestructura de Cali, Luz Adriana Vásquez Trujillo


Recuperar a Cali es volver a soñar
Juan Manuel Caicedo C
COMUNICADOR SOCIAL Y PERIODISTA DE LA UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA
Muchas veces me preguntaron qué significa recuperar a Cali. No es una frase de campaña ni un eslogan vacío: es una pregunta que duele en el corazón de quienes vivimos en esta ciudad y sabemos que en algún punto se nos fue la esperanza de las manos. Recuperar a Cali es volver a creer que aquí se puede soñar, trabajar y vivir con orgullo.
Recuperar a Cali no es levantar paredes ni inaugurar obras. Es devolverle a la gente la confianza en que su ciudad puede levantarse después de tantas caídas. Es ver de nuevo a los jóvenes sintiendo que su futuro está aquí, en las comunas y en los barrios donde crecieron, y no únicamente en la idea de irse lejos. Es que los adultos mayores puedan caminar sin miedo por los parques que antes eran de todos.
Yo hablo como ex jefe de comunicaciones de la Alcaldía, como analista, como comunicador, pero sobre todo como ciudadano que ha sentido la frustración de ver cómo se nos fue apagando la ilusión. Recuperar a Cali es más que una acción de gobierno: es un acto colectivo, un pacto entre caleños que decidimos no rendirnos, porque lo peor que le puede pasar a una ciudad no es la crisis, sino acostumbrarse a ella.
Lo más poderoso de todo es entender que la recuperación no la hace un alcalde ni un gobierno en solitario. La hacen los ciudadanos que deciden respetar las reglas, tender la mano al vecino, defender lo público como si fuera suyo. La hacen los empresarios que confían, los artistas que inspiran, los jóvenes que innovan y las comunidades que resisten.
Recuperar a Cali es devolvernos la esperanza, y esa esperanza no se mide en encuestas ni en titulares. Se mide en el brillo de los ojos de una madre cuando su hijo regresa seguro a casa, en el orgullo de un joven que logra un empleo, en la sonrisa de quienes descubren que todavía hay razones para quedarse aquí. Y sí, recuperar a Cali es posible: empieza cuando cada uno de nosotros se convence de que no hay que esperar a que lo hagan por nosotros, porque esta ciudad se levanta de pie solo si la levantamos juntos.
